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El espacio-tiempo plástico, musical, coreográico, escénico o fílmico, y lo producido por la generación de materiales emergentes de la energía

electrónica han modiicado la percepción del mundo y equiparado, en un principio, las relaciones de la lengua oral y escrita con los lenguajes no codificados –que han reciclado la creación artística, el conocimiento sensible– y con los descubrimientos polisémicos de cuerpos, imágenes, sonidos, ámbitos, sedes y objetos.

Carlos A. Vallina

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